Los todistas son una raza en extinción: especialistas en no tener especialidades; estrategas en no tener estrategias; decididos a no tomar decisiones; carentes de vocación y el sentido especulativo de la conveniencia y la oportunidad. Seren, la señora que escribe en este blog, ha desarrollado, durante su amplio y diversificado paso por el todismo, todo tipo de diligencias laborales dignas de una pesadilla de Borges: lavaplatos, mucama, cartonera, canillita, empleada de veterinaria; barman, camarera, ayudante de sastre, vendedora ambulante, albañil, barista. Ella vendría a ser lo que en inglés se llama 'blue collar', o la gente que no tiene título universitario y desempeña tareas no profesionales. Esta mujer, como el resto de los todistas, tiene un sentido y comprensión estético mas bien ecléctico y difuso. No sabe la diferencia entre Barroco y Rococó; siempre supuso que Manet era Monet ( o viceversa ); o confunde el Art Decó con el Art Nouveau. Escribe con faltas de ortografía, se desentiende de la sintaxis, no entiende dónde van las comas; pero por otra lado, gusta de sacar fotos, martirizar relojes, ir a museos, visitar artistas y contar qué ve y cómo lo siente y experimenta. Señoras y señores, no los entretengo mas: Bienvenidos a Seren Vintage Watch Gallery

martes, 30 de junio de 2015

Quinquela Martín en el Museo Benito Quinquela Martín - La Boca, Buenos Aires,

Cuenta la leyenda que don Benito Quinquela Martín era un ser de una generosidad extrema. Al punto que donó su patrimonio al barrio que vio trascurrir sus mortales pasos, sus desvelos, sus sueños y pinceladas. El patrimonio del Museo cedido por el gran maestro no tiene valor en dinero - pues es incalculable - pero sí un intangible maravilloso: el amor por el lugar en el mundo que lo cobijó, lo acunó y lo mimó por siempre.
Toda una vida dedicada a La Boca y sus obreros, changarines, barcos y el puente transbordador. Porque el gran maestro inmortalizó el paisaje rústico y fabril, sucio y manchado del riachuelo y sus realidades duras y tristes con colores y trazos como no existen otros. Un inimitable. Y un imprescindible para entender la pintura amalgamada con el contexto poco vistoso, el aire con olor a sudor y mugre y los sonidos de llantos, risas, gritos o cantos por entre la bruma de ese barrio sufrido, alegre y cósmico.
Vayan ya.










Calificación: 5 SSSSS ( Sobresaliente: 5 serenestrellas )

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