Los todistas son una raza en extinción: especialistas en no tener especialidades; estrategas en no tener estrategias; decididos a no tomar decisiones; carentes de vocación y el sentido especulativo de la conveniencia y la oportunidad. Seren, la señora que escribe en este blog, ha desarrollado, durante su amplio y diversificado paso por el todismo, todo tipo de diligencias laborales dignas de una pesadilla de Borges: lavaplatos, mucama, cartonera, canillita, empleada de veterinaria; barman, camarera, ayudante de sastre, vendedora ambulante, albañil, barista. Ella vendría a ser lo que en inglés se llama 'blue collar', o la gente que no tiene título universitario y desempeña tareas no profesionales. Esta mujer, como el resto de los todistas, tiene un sentido y comprensión estético mas bien ecléctico y difuso. No sabe la diferencia entre Barroco y Rococó; siempre supuso que Manet era Monet ( o viceversa ); o confunde el Art Decó con el Art Nouveau. Escribe con faltas de ortografía, se desentiende de la sintaxis, no entiende dónde van las comas; pero por otra lado, gusta de sacar fotos, martirizar relojes, ir a museos, visitar artistas y contar qué ve y cómo lo siente y experimenta. Señoras y señores, no los entretengo mas: Bienvenidos a Seren Vintage Watch Gallery

lunes, 1 de junio de 2015

Reloj ex Palacio de Correos ( actual Centro Cultural Kirchner ) - Relojes Monumentales de Buenos Aires, entrega N° 21

Este estupendo palacio ha llevado 40 largos años de proceso constructivo ( entre 1889 y 1928 ) y me parece que el arquitecto Norbert Maillart que lo pensó y diseñó estaría muy conforme con el resultado de su concepción. El edificio claramente responde a una Argentina de opulencias y sueños donde lo colosal, lo gigante y la monumentalidad eran un denominador común.
Prevalece el estilo Beaux Arts, cosa extraña dada la tendencia a lo ecléctico y academisista de la época, y la fastuosidad de los interiores. Para ser sido concebido como sede central de correos destila una elegancia y detalles de categoría principesca que resaltan, una vez mas, ese continuo querer remarcar cuánto ego contenido tenemos los argentinos.
En ocasión del Bicentenario se le hicieron remodelaciones; las que terminaron 5 años mas tarde con la inauguración del Centro Cultural Kirchner.Y mas allá de lo que se piense o crea de esta última década en cuanto a los gobernantes de CABA y la Argentina, estoy convencida que nunca jamás se ha visto en el país semejante despliegue y movimiento cultural. Único en el mundo, no tengo dudas.
El reloj que ha acompañado el devenir y avatares de los porteños en los últimos 90 años funciona con admirable precisión y tiene una increíble visualidad -aunque me parece pequeño y hundido dada la proporción de la fachada sobre la calle Sarmiento. Lamentablemente aún no he podido recabar datos sobre el mecanismo - una total incógnita -. Espero poder subsanar ese faltante a la brevedad.
Pasemos entonces a admirar este lujurioso edificio y el reloj....




  

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