Los todistas son una raza en extinción: especialistas en no tener especialidades; estrategas en no tener estrategias; decididos a no tomar decisiones; carentes de vocación y el sentido especulativo de la conveniencia y la oportunidad. Seren, la señora que escribe en este blog, ha desarrollado, durante su amplio y diversificado paso por el todismo, todo tipo de diligencias laborales dignas de una pesadilla de Borges: lavaplatos, mucama, cartonera, canillita, empleada de veterinaria; barman, camarera, ayudante de sastre, vendedora ambulante, albañil, barista. Ella vendría a ser lo que en inglés se llama 'blue collar', o la gente que no tiene título universitario y desempeña tareas no profesionales. Esta mujer, como el resto de los todistas, tiene un sentido y comprensión estético mas bien ecléctico y difuso. No sabe la diferencia entre Barroco y Rococó; siempre supuso que Manet era Monet ( o viceversa ); o confunde el Art Decó con el Art Nouveau. Escribe con faltas de ortografía, se desentiende de la sintaxis, no entiende dónde van las comas; pero por otra lado, gusta de sacar fotos, martirizar relojes, ir a museos, visitar artistas y contar qué ve y cómo lo siente y experimenta. Señoras y señores, no los entretengo mas: Bienvenidos a Seren Vintage Watch Gallery

martes, 7 de julio de 2015

Reloj del Patio Bullrich - Relojes Monumentales de Buenos Aires, entrega N° 36

El archiconocido Patio Bullrich es el primer shopping urbano de la Argentina. Nace de la unión de tres edificios completamente disímiles: La casa de Remates de Hacienda y Arte Bullrich, un edificio de viviendas contiguo - diseñado por el arquitecto Waldorp en 1920 y también perteneciente a los Bullrich - y un edificio de usos múltiples sobre la calle Posadas. Hacer de los tres uno y que no se note; y aparte darle a todo el conjunto una armonía y una espacialidad deslumbrantes es obra del arquitecto Juan Carlos López y asoc.
La casa de remates tenía en su patio interior un gran reloj mecánico ( reloj que está cercano a cumplir 100 años pues es de 1921 )  que gracias al buen tino y criterio de los que emprendieron la reforma no se vendió como chatarra, ni desapareció ni se desmanteló.
El precioso reloj reina desde lo alto del distribuidor central mirándolos a todos con una imperturbabilidad majestuosa. Aunque mas no sea vayan a verlo. Vale la pena.




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