Los todistas son una raza en extinción: especialistas en no tener especialidades; estrategas en no tener estrategias; decididos a no tomar decisiones; carentes de vocación y el sentido especulativo de la conveniencia y la oportunidad. Seren, la señora que escribe en este blog, ha desarrollado, durante su amplio y diversificado paso por el todismo, todo tipo de diligencias laborales dignas de una pesadilla de Borges: lavaplatos, mucama, cartonera, canillita, empleada de veterinaria; barman, camarera, ayudante de sastre, vendedora ambulante, albañil, barista. Ella vendría a ser lo que en inglés se llama 'blue collar', o la gente que no tiene título universitario y desempeña tareas no profesionales. Esta mujer, como el resto de los todistas, tiene un sentido y comprensión estético mas bien ecléctico y difuso. No sabe la diferencia entre Barroco y Rococó; siempre supuso que Manet era Monet ( o viceversa ); o confunde el Art Decó con el Art Nouveau. Escribe con faltas de ortografía, se desentiende de la sintaxis, no entiende dónde van las comas; pero por otra lado, gusta de sacar fotos, martirizar relojes, ir a museos, visitar artistas y contar qué ve y cómo lo siente y experimenta. Señoras y señores, no los entretengo mas: Bienvenidos a Seren Vintage Watch Gallery

viernes, 23 de septiembre de 2016

Un acto de amor con forma de muñecas - La Colección Castellano Fotheringham en la Casa Isaac Fernandez Blanco

Mabel y María aman las muñecas desde siempre. Muñecas de paño, de porcelana, autómatas o articuladas; de madera, resinas, cera o trapo;  japonesas, alemanas, francesas, de Argentina o USA... o cualquier otro lugar del mundo en el que hubiese muñecas y juguetes bellos, únicos, revulsivos y personales.
Mabel y María fueron haciendo la colección de a poco. Paso a paso, con mucho conocimiento, estudio, con método y erudicción: sabían qué deseaban, sabían que ellas - las muñecas - las buscaban y no a la inversa. Fueron 50 años de hurgar, pelear precios, adentrarse en mercaditos, anticuarios, ventas privadas o viajes. Fue, a no dudarlo, un enorme esfuerzo económico para dos mujeres a las que nada sobraba en lo material por lo que el despojo y la generosidad al donar sus muñecas las ubica en el olimpo de la niñez eterna.
Mabel y María han tenido, sin dudas, un enorme gesto de amor para con el resto de los ciudadanos de este país: donaron al Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernandez Blanco la fabulosa, única y selecta colección tan amada y tan devotamente seguida y conseguida para que todos nosotros podamos disfrutarla. La colección se exhibe en la Casa Fernandez Blanco para regocijo y fruicción  de aquellos que nunca renunciaron al niño o niña que llevamos dentro.

http://www.buenosaires.gob.ar/museofernandezblanco/casa/munecas













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