Los todistas son una raza en extinción: especialistas en no tener especialidades; estrategas en no tener estrategias; decididos a no tomar decisiones; carentes de vocación y el sentido especulativo de la conveniencia y la oportunidad. Seren, la señora que escribe en este blog, ha desarrollado, durante su amplio y diversificado paso por el todismo, todo tipo de diligencias laborales dignas de una pesadilla de Borges: lavaplatos, mucama, cartonera, canillita, empleada de veterinaria; barman, camarera, ayudante de sastre, vendedora ambulante, albañil, barista. Ella vendría a ser lo que en inglés se llama 'blue collar', o la gente que no tiene título universitario y desempeña tareas no profesionales. Esta mujer, como el resto de los todistas, tiene un sentido y comprensión estético mas bien ecléctico y difuso. No sabe la diferencia entre Barroco y Rococó; siempre supuso que Manet era Monet ( o viceversa ); o confunde el Art Decó con el Art Nouveau. Escribe con faltas de ortografía, se desentiende de la sintaxis, no entiende dónde van las comas; pero por otra lado, gusta de sacar fotos, martirizar relojes, ir a museos, visitar artistas y contar qué ve y cómo lo siente y experimenta. Señoras y señores, no los entretengo mas: Bienvenidos a Seren Vintage Watch Gallery

lunes, 20 de marzo de 2017

Puente del Inca

Este puente natural se halla a 2700 m. sobre el nivel del mar cerca del Parque Nacional Aconcagua y también a pasos de Chile.
Si he de utilizar un término asociado a la geología debo decir que en realidad se trata de una geoforma producto de la erosión que causó el río Las Cuevas luego de miles y miles de años pasando por allí. Mide 48 m de largo, 28 m. de ancho, 8 m. de espesor y suspendido a 27 metros hasta el río.
Notarán sobre la roca unos colores muy extraños: es que allí justamente hay una fuente de aguas termales muy rica en cloruro de sodio, magnesio, sulfuro, calcio.
El Puente del Inca y sus aguas termales estuvieron en paz y en equilibrio hasta que... intervino imprudentemente la mano del hombre y destruyó el equilibrio que tan sabiamente la naturaleza había alcanzado.

En 1935 a un costado del puente fue construido un hotel, y bajo la estructura del puente unos baños termales. Lócamente se desvió el curso de las termas, se excavó la roca con tanta insensatez y con tanto impacto de daño ambiental que las rajaduras y los resquebrajamientos empezaron a ser evidentes y peligrosos.
Un alud en 1965 destruyó el hotel, que yace desde entonces semidestruido al igual que los baños termales.

Lo único que se conserva en buen estado es la capilla.









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