Los todistas son una raza en extinción: especialistas en no tener especialidades; estrategas en no tener estrategias; decididos a no tomar decisiones; carentes de vocación y el sentido especulativo de la conveniencia y la oportunidad. Seren, la señora que escribe en este blog, ha desarrollado, durante su amplio y diversificado paso por el todismo, todo tipo de diligencias laborales dignas de una pesadilla de Borges: lavaplatos, mucama, cartonera, canillita, empleada de veterinaria; barman, camarera, ayudante de sastre, vendedora ambulante, albañil, barista. Ella vendría a ser lo que en inglés se llama 'blue collar', o la gente que no tiene título universitario y desempeña tareas no profesionales. Esta mujer, como el resto de los todistas, tiene un sentido y comprensión estético mas bien ecléctico y difuso. No sabe la diferencia entre Barroco y Rococó; siempre supuso que Manet era Monet ( o viceversa ); o confunde el Art Decó con el Art Nouveau. Escribe con faltas de ortografía, se desentiende de la sintaxis, no entiende dónde van las comas; pero por otra lado, gusta de sacar fotos, martirizar relojes, ir a museos, visitar artistas y contar qué ve y cómo lo siente y experimenta. Señoras y señores, no los entretengo mas: Bienvenidos a Seren Vintage Watch Gallery

Vomit con motor eléctrico mecánico Lanshire XL7 ( circa 1950 )

 El origen del nombre y reloj es poco claro: empezaron a surgir en los '50 y hasta los '70. Y coincidió con el surgimiento y ocaso del movimiento artístico Vomit, que se caracterizó por trabajar con resinas y polímeros, piedras y rocas, hojas secas y plásticos.

A veces el cuerpo de resina y piedras de los relojes Vomit era fabricado por algún aficionado.
Otras veces la resina rellena con piedras venía firmada por algún artista prestigioso.
Tengo esa suerte: mi Vomit viene firmado por Bovers, antigua casa de artesanos y diseñadores de la ciudad de Denver.

La cuestión es que estos simpáticos Vomit fueron en su época el grito de la moda en relojes 'juntapolvo' e innecesarios.
Y estos Vomit tenían la particularidad de calzar mecanismos electromecánicos Lanshire, empresa de Chicago que registró marca en 1954 ( en rubro: relojes eléctricos en kit para armar, según el US TradeMark Index de Meyers ) y que sucumbió a la crisis crónica de quedar en el nicho de la tecnología obsoleta mucho antes de que termine el segundo milenio.

Si hago caso a algunas fuentes consultadas, Lanshire ha tenido parte en el desarrollo estético de este reloj y así catapultarlo dentro del movimiento artístico Vomit, movimiento que incluyó a escultores, diseñadores y artistas plásticos.
Pero si leo y hago caso a otras fuentes, Lanshire nada tuvo que ver en el movimiento artístico Vomit y ni siquiera en la apariencia de estos relojes en sí. Solo una casualidad ( el hecho que vendiese movimientos de reloj electromecánicos para armar ) hizo que sus calibres fuesen los ideales para las carcasas de resina y piedra de los Vomit.






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