Qué difícil debe ser estar privado de la libertad. No lo puedo imaginar, no me es posible ponerme en los zapatos de la gente que sí lo está. Y tampoco puedo imaginar el sufrimiento y la desolación de familiares y amigos de la gente presa y de cómo ello impacta en su vida diaria.
Cuando me enteré de esta exposición sobre arte plástico hecho por presos, fui a verla de inmediato. Y me encontré con mucha luz, mucho esfuerzo de superación y deseos de visibilizar la problemática carcelaria desde dentro y afuera. Porque no es solo que los presos cumplen condena y reciben un castigo durísimo; sino también el ecosistema que los contiene y resguarda se resiente y quiebra por esa ausencia transformada en herida crónica que no termina de cicatrizar.
En la puesta y curaduría de la exhibición, tanto de arte carcelario generado en cárceles de New Mexico como de otras partes del mundo, se nota el deseo de superar el trauma del encierro, la expresión furtiva de quienes no tienen a sus seres queridos de forma continua y una suerte de otredad manifiesta al tener que compartir el día a día con seres en la misma situación.
La muestra, que se desarrolló entre el 11 de agosto de 2024 y el 2 de septiembre de 2025 hizo incapié en la exhibición de obras plásticas, la proyección de material audiovisual sobre la famosa huelga carcelaria de 1980 en la penitenciaría estatal de New Mexico, el acceso a una variedad de cortos sobre artistas y sus técnicas creativas, lectura de libros libros y charlas alusivas.
Dejo enlace para más información:
https://www.internationalfolkart.org/exhibition/4614/between-the-lines-prison-art-and-advocacy





