Los todistas son una raza en extinción: especialistas en no tener especialidades; estrategas en no tener estrategias; decididos a no tomar decisiones; carentes de vocación y el sentido especulativo de la conveniencia y la oportunidad. Seren, la señora que escribe en este blog, ha desarrollado, durante su amplio y diversificado paso por el todismo, todo tipo de diligencias laborales dignas de una pesadilla de Borges: lavaplatos, mucama, cartonera, canillita, empleada de veterinaria; barman, camarera, ayudante de sastre, vendedora ambulante, albañil, barista. Ella vendría a ser lo que en inglés se llama 'blue collar', o la gente que no tiene título universitario y desempeña tareas no profesionales. Esta mujer, como el resto de los todistas, tiene un sentido y comprensión estético mas bien ecléctico y difuso. No sabe la diferencia entre Barroco y Rococó; siempre supuso que Manet era Monet ( o viceversa ); o confunde el Art Decó con el Art Nouveau. Escribe con faltas de ortografía, se desentiende de la sintaxis, no entiende dónde van las comas; pero por otra lado, gusta de sacar fotos, martirizar relojes, ir a museos, visitar artistas y contar qué ve y cómo lo siente y experimenta. Señoras y señores, no los entretengo mas: Bienvenidos a Seren Vintage Watch Gallery

El balcón de Rodolfo Walsh

Si Evita, Perón, Madonna, el Pepe Mujica o el Papa Francisco tienen y tuvieron sus épocas de gloria en los balcones y saborearon el fervor de la multitud pues.... Rodolfo no podía ser menos.
Una de las mentes mas brillantes de la Argentina de todos los tiempos tenía que tener su propio balcón. Pero un balcón en la semi-clandestinidad. Porque el gran Rodolfo se manejaba fantástico entre las sombras y la dispersión de miradas.
La plazoleta a la que mira el balcón y la figura estática de Walsh es suficiente ante la austeridad y riguroso ascetismo que pregonaba el gran periodista de investigación de apellido galés. Quizás el mejor del siglo XX.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario