El que verán a continuación, además, tiene una preciosa caja cuadrado-redonda.
Y la solidez y belleza de un dial despojado.
Acompaño a este caballero japonés con unas palabras:
Solo quiro vivir
tranquila
sola
en la hierba
en las veredas del sol
en los caminos
en las cuevas
en la penumbra del dolor
con una taza en la mano de humeante café
con un dulce o un helado, quizás en los pies
y en la cabeza una soga, o una tela, o un jarrón
para jugar y seguir jugando
mientras todos callan
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