Mas allá de lo que se crea o piense con respecto a la Feria de Mataderos ( fervientes fanáticos y empedernidos críticos ) el lugar es fascinante. Todas las clases sociales sin excepción se dan sita cada domingo para disfrutar este estallido de aromas, colores, sabores y texturas.
Hay mucho para comer, mucho para leer, tomar, bailar, reír, pasear.... perderse entre los centenares de puestos de feriantes que ofrecen comidas típicas argentinas, platería, adornos, antigüedades, ropa, artesanías, cestería, arcillas, acrílicos, tejidos, óleos, cueros. También se puede bailar en la improvisada pista frente al escenario con espectáculos en continuado durante todo el día.
Es un lugar muy animado, muy caluroso. Para ir con tiempo, chusmear, preguntar, escuchar rítmos, quizás bailarse una chacarera, alguna cueca, alguna zambita linda. O paladear algunos de los manjares sureros, pampeanos, norteños o litoraleños; y por que no... mataderenses. Y confesión: la que escribe estas palabras es mataderense de nacimiento, ya que el primer suspiro lo dio en el Sanatorio Alberdi ( ya demolido, y que se erigía en Av Alberdi y Pola ).
El que no fue, que vaya. Y el que fue, que vuelva.
Calificación: 3 SSS ( Muy Bueno: 3 serenestrellas )
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