El arquitecto y artista plástico Guillermo Robledo, a no dudarlo, es paciente, metódico y de buen pulso. Sus increíbles edificios y monumentos a escala dan cuenta de su muy extraña, solitaria y laboriosa actividad: construir con fósforos y varillas de pino maravillosas reproducciones del patrimonio edilicio de nuestro país. Robledo ha estado los últimos 25 años llevando adelante este proyecto que ya se ha trasformado en muestra itinerante y que se puede ver a lo largo y ancho de Argentina. En estos días la muestra con alguna de sus maquetas más impresionantes se exhiben en el Jardín Botánico.
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