No es que me sienta atraída particularmente por la visita a cementerios, pero hace tiempo que tenía ganas de ir a hacer unas fotos en Chacarita, y en especial, a la tumba de Carlos Gardel.
El Cementerio surgió a partir de la epidemia de fiebre amarilla en 1871. En un principio el cementerio estaba en lo que hoy es Parque Los Andes con sus 5 hectáreas. Pero con el tiempo se movió hacia su actual emplazamiento que son esas increíbles 95 hectáreas que invitan a la reflexión, el paseo, la curiosidad, el respeto.
Mi intensión primigenia fue visitar la tumba de Carlos Gardel, pero luego me quedé haciendo mas fotos porque el espacio, las bóvedas y las esculturas me atraparon en una curiosidad basada en la ignorancia, como muchas cosas.
Desconozco la mayor parte de lo simbólico que está a la vista: clepsidras, medusas y ángeles caídos. Todo invitando al respeto y las alegorías truncas con el mas allá.
Destaco la proliferación de templetes increíbles que evocan a épocas pasadas en las que el dinero sobraba y no se sabía cómo gastarlo.
http://www.cementeriochacarita.com.ar/
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