Están ahí
para que las miren, las lamenten, las ahoguen con palabras al río
ese mismo río cansado de escuchar y prestar su rumor y su briza a las almas solitarias que lloran en él.
Las bases salen del agua en un suspiro trunco
en un difuso murmullo de desatención
nadie las mira, nadie las ve, nadie sabe quién las hizo, quién las ideó, quién las mentó
Alguien las soñó alguna vez
un pensamiento, una visualización
una irrupción creadora que no llegó a concretarse pero de la que quedaron vestigios
ruinas duras como el río que las orada, las corroe, las lastima
Bases en la inmensidad lechosa de ese magma de agua
de ese lechoso crepúsculo que tiñe de ocre sus hierros y grietas
mustias, solas, dispersas
Testigos de mis pasos en solemne ausencia
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