La maravilla de trabajar con vidrio derretido es que uno es capaz, desde cero, de darle forma a una magma de sensaciones en proceso de una contemplación indefinida. El vidrio se cuela y se contrae; se satura y se solidifica a puro piachere del creador. En este caso y con la complicidad delicada de la galería de arte-restaurant Donabe de Taos, uno puede gozar hasta el infinito ante las mujeres Samurai de Japón en el prodigio y delicadeza del vidrio subjetivo y escurridizo del artista plástico JoJoMiro - o como el artista Michael Miro prefiere llamarse a partir de esta nueva etapa creadora -.
El espacio elegido es el mejor: un ambiente amable, comprometido con el arte y los sentidos y los sabores y la belleza como es el espacio del Donabe en Taos. Pocas veces me vi conmovida por el encanto y la pericia de un artista como Michael Miro para trabajar el vidrio.
Yo sé que a todos ustedes ir a Taos, y en plena pandemia, les queda lejísimo, irreal e imposible.
Ojalá que mis muy pocas fotos puedan ser mínimo reflejo de la inmensidad del talento de JojoMiro.
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