Rufino Tamayo fue un auténtico embajador de su preciosa tierra, la colorida y luminosa Oaxaca. Una tierra noble, apasionada, llena de sabores y pluriculturalidad. Tamayo es una gloria unánime de la Cultura Mexicana, un artista único que ha sabido mixturar su sangre y herencia zapoteca con otros movimientos pictóricos y culturales sin perder identidad ni fuerza.
Tamayo fue, además de pintor y docente, un apasionado investigador de los movimientos artísticos europeos de su tiempo a la vez que un apasionado estudioso y coleccionista del el Arte Prehispánico de su amada tierra, del que llegaría a tener una fabulosa colección.
Paradojas de la vida: el Museo de Arte Prehispánico Rufino Tamayo está ubicado en un espléndido edificio del siglo XVIII que alguna vez fue vivienda del Delegado de la Inquisición, que hoy a modo de exorcismo pagano alberga las 800 piezas que con pasión y amor el pintor oaxaqueño legó a su ciudad natal.
El Museo abrió sus puertas en 1974 y su curaduría y disposición estuvieron a cargo del propio Tamayo y el destacado museógrafo Fernando Gamboa. El marco y contexto en el que se desarrolla la exposición de las piezas así como los colores de las salas responden a los propios deseos del artista quién utilizó un criterio cronológico y cromático para plantear el recorrido.
La admirable generosidad con que Tamayo donó a su pueblo esta impresionante colección realza la potencia y genialidad de las habilidades artísticas de los pueblos originarios del Litoral, el Altiplano, Occidente y sureste de lo que hoy es México.
Agradezco la enorme gentileza que ha tenido el director del Museo don Enrique de Esearte Pesqueira y el resto del personal por la cordialidad y total disposición para con nuestra visita.
¡¡¡ Gracias !!!
http://sic.gob.mx/ficha.php?table=museo&table_id=103
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