La Catedral de Porto es algo inusual.
Se supone que una catedral de una ciudad que ha sido y es rica, poderosa y elegante debería tener esos tres atributos. Pues nada mas alejado de la realidad. La Catedral de Porto es sobria, seca, hasta diría que poco protagonista de la ciudad que representa. Sin embargo, su decidido y evidente estilo Romanesco salpicado aquí y allá por toques de Barroco, su muy buen museo, y el claustro Gótico la convierten en una visita obligadísima para los amantes de las piezas de colección ligadas a la liturgia y el clero.
No deseo ser injusta, la catedral es bellísima. Y el museo que contiene es excelente. Pero decididamente existen iglesias en Porto que le ganan en belleza, riqueza, elegancia y porte.
Como ya comenté, en los antiguos claustros de la Catedral hay un excelente museo que vale la pena visitar. Sobe todo por los azulejos del claustro Gótico, los objetos liturgicos, libros incunables, relicarios, y algunas piezas y objetos artísticos de enorme importancia social y cultural ligadas a la cultura Lusitana.
Dejo enlace para mas información,
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