Los todistas son una raza en extinción: especialistas en no tener especialidades; estrategas en no tener estrategias; decididos a no tomar decisiones; carentes de vocación y el sentido especulativo de la conveniencia y la oportunidad. Seren, la señora que escribe en este blog, ha desarrollado, durante su amplio y diversificado paso por el todismo, todo tipo de diligencias laborales dignas de una pesadilla de Borges: lavaplatos, mucama, cartonera, canillita, empleada de veterinaria; barman, camarera, ayudante de sastre, vendedora ambulante, albañil, barista. Ella vendría a ser lo que en inglés se llama 'blue collar', o la gente que no tiene título universitario y desempeña tareas no profesionales. Esta mujer, como el resto de los todistas, tiene un sentido y comprensión estético mas bien ecléctico y difuso. No sabe la diferencia entre Barroco y Rococó; siempre supuso que Manet era Monet ( o viceversa ); o confunde el Art Decó con el Art Nouveau. Escribe con faltas de ortografía, se desentiende de la sintaxis, no entiende dónde van las comas; pero por otra lado, gusta de sacar fotos, martirizar relojes, ir a museos, visitar artistas y contar qué ve y cómo lo siente y experimenta. Señoras y señores, no los entretengo mas: Bienvenidos a Seren Vintage Watch Gallery

jueves, 28 de abril de 2016

Relojes Monumentales en Madrid

La capital de España es pródiga en monumentos, estatuas, museos, paseos, puertas de todo tipo, estaciones de metro, tren o autobuses. Madrid tiene un encanto particular para los filántropos aburridos, los sibaritas de las fotos, los caleidoscopios multiformes de la enunciación.
Madrid destila pasado, presente y futuro: por su esencia colosal, por la real polifuncionalidad de su cultura que se metamorfosea en principios regios y paganos; se impone con un estilo barroco al que no quiere ver y sin embargo se sumerge en la mas vívida y temporizada contemplación policrómica.
Eso es Madrid: una urdimbre de historia, de secuencias concatenadas de eufemismos y solsticios arrinconados en la esfera celeste, el fuego y la tierra: o en los rincones de su millonaria expresión rica de metáforas imposibles.
Tema aparte: los relojes monumentales de Madrid son de una hermosura que raya la locura.
Decir " bellos " me parece poco.

















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