Los todistas son una raza en extinción: especialistas en no tener especialidades; estrategas en no tener estrategias; decididos a no tomar decisiones; carentes de vocación y el sentido especulativo de la conveniencia y la oportunidad. Seren, la señora que escribe en este blog, ha desarrollado, durante su amplio y diversificado paso por el todismo, todo tipo de diligencias laborales dignas de una pesadilla de Borges: lavaplatos, mucama, cartonera, canillita, empleada de veterinaria; barman, camarera, ayudante de sastre, vendedora ambulante, albañil, barista. Ella vendría a ser lo que en inglés se llama 'blue collar', o la gente que no tiene título universitario y desempeña tareas no profesionales. Esta mujer, como el resto de los todistas, tiene un sentido y comprensión estético mas bien ecléctico y difuso. No sabe la diferencia entre Barroco y Rococó; siempre supuso que Manet era Monet ( o viceversa ); o confunde el Art Decó con el Art Nouveau. Escribe con faltas de ortografía, se desentiende de la sintaxis, no entiende dónde van las comas; pero por otra lado, gusta de sacar fotos, martirizar relojes, ir a museos, visitar artistas y contar qué ve y cómo lo siente y experimenta. Señoras y señores, no los entretengo mas: Bienvenidos a Seren Vintage Watch Gallery

Bocca della Veritá

Esta pesadísima piedra no se sabe muy bien de dónde viene.
Pero se sabe qué provoca.

Existe en Roma una Iglesia llamada Santa María en Cosmedin que en su pórtico tiene una piedra con forma de boca ( quizás el Dios Oceanus... ). La piedra es redonda y pesa mas de una tonelada.
Existen varias conjeturas sobre su origen: que servía para drenar agua; que servía para colar sangre en el matadero de animales que había en las inmediaciones de la iglesia; que tiene un propósito ritual. También está la leyenda que cuenta que los romanos la usaban para asustar a los prisioneros si no decían la verdad: ordenaban a los desgraciados poner la mano en la boca de piedra asegurando que si mentían la boca se cerraba y les arrancaba la mano...

Pero ya en el siglo XXI y despojada de misticismo la piedra provoca risas y selfies por millones.
Y si no me creen les dejo fotos.
( yo por las dudas no puse mi mano en las fauces del ídolo... a ver si encima me quedo manca... ).






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