Los todistas son una raza en extinción: especialistas en no tener especialidades; estrategas en no tener estrategias; decididos a no tomar decisiones; carentes de vocación y el sentido especulativo de la conveniencia y la oportunidad. Seren, la señora que escribe en este blog, ha desarrollado, durante su amplio y diversificado paso por el todismo, todo tipo de diligencias laborales dignas de una pesadilla de Borges: lavaplatos, mucama, cartonera, canillita, empleada de veterinaria; barman, camarera, ayudante de sastre, vendedora ambulante, albañil, barista. Ella vendría a ser lo que en inglés se llama 'blue collar', o la gente que no tiene título universitario y desempeña tareas no profesionales. Esta mujer, como el resto de los todistas, tiene un sentido y comprensión estético mas bien ecléctico y difuso. No sabe la diferencia entre Barroco y Rococó; siempre supuso que Manet era Monet ( o viceversa ); o confunde el Art Decó con el Art Nouveau. Escribe con faltas de ortografía, se desentiende de la sintaxis, no entiende dónde van las comas; pero por otra lado, gusta de sacar fotos, martirizar relojes, ir a museos, visitar artistas y contar qué ve y cómo lo siente y experimenta. Señoras y señores, no los entretengo mas: Bienvenidos a Seren Vintage Watch Gallery

Fachadas ausentes contra el enclave financiero Argentino y el juego de equívocos : el estertor eterno de lo que estuvo erguido y ahora es un esqueleto ausente y en estado de constante simulación

Estas fachadas desnudas, abandonadas, desgarradas de su origen centenario están esclavizadas a un contexto de vértigo y arrolladoras batallas de egos y vanidades encarnados en la City Porteña. Están pintadas y repintadas, acépticas, incólumnes, satirizadas por el menosprecio claudicante de los histéricos vástagos de una sociedad que piensa solo en las cotizaciones, la inversión abusiva, el cambio oculto y profano; de cómo evadir, robar, hacer estallar al mercado; es decir el flujo siniestro de los números. La hegemonía gramsceana de los números que todo lo destruyen y despojan.
Estas fachadas que ya no son tales pero están condenadas a serlo irrumpen con su antaño poder, pero solo para aullar un reclamo de nobleza que nadie escucha, a nadie importa.



2 comentarios:

  1. Da pena ver cómo se destruye un patrimonio arquitectónico notable para construir cajas acristaladas sin ningún valor arquitectónico notable. Por supuesto hay excepciones como los hoy clásicos Edificio Cavanagh o el Banco de Londres de Clorindo Testa

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    1. Muchas gracias Jorge por tu comentario. Como bien decís, esta situación escandalosa tiene excepciones. Excepciones que no mitigan las barbaridades que se cometen. saludos

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