Los todistas son una raza en extinción: especialistas en no tener especialidades; estrategas en no tener estrategias; decididos a no tomar decisiones; carentes de vocación y el sentido especulativo de la conveniencia y la oportunidad. Seren, la señora que escribe en este blog, ha desarrollado, durante su amplio y diversificado paso por el todismo, todo tipo de diligencias laborales dignas de una pesadilla de Borges: lavaplatos, mucama, cartonera, canillita, empleada de veterinaria; barman, camarera, ayudante de sastre, vendedora ambulante, albañil, barista. Ella vendría a ser lo que en inglés se llama 'blue collar', o la gente que no tiene título universitario y desempeña tareas no profesionales. Esta mujer, como el resto de los todistas, tiene un sentido y comprensión estético mas bien ecléctico y difuso. No sabe la diferencia entre Barroco y Rococó; siempre supuso que Manet era Monet ( o viceversa ); o confunde el Art Decó con el Art Nouveau. Escribe con faltas de ortografía, se desentiende de la sintaxis, no entiende dónde van las comas; pero por otra lado, gusta de sacar fotos, martirizar relojes, ir a museos, visitar artistas y contar qué ve y cómo lo siente y experimenta. Señoras y señores, no los entretengo mas: Bienvenidos a Seren Vintage Watch Gallery

Arcos Mágicos del Sol y Luna, Mina Santa Brígida, Guanajuato

 La Mina Santa Brígida surge a fines del siglo XVI ( más específicamente, 1595) cuando el entonces virrey de Nueva España concede a la Orden Jesuita la explotación de minerales en lo que hoy es el estado de Guanajuato. Rápidamente, los jesuitas se instalaron en Santa Brígida y armaron todo un entramado de pasadizos, pozos, túneles de extracción, arcos de oreo -para oxigenar las minas- y hornos de adobe para fundir plata.

La mina pasó de mano en mano conforme pasaron los siglos, y la abandonaron a mediados del siglo XX. Se cree que posee aún vetas de extracción (muchos de los pozos y túneles están a 250 metros bajo tierra) y que podría estar operativa si se la considerase como emprendimiento minero.  

La mina en sí consta de un edificio central que fue parte de la hacienda (ese edificio anteriormente fue un fuerte) y otras construcciones destinadas a maquinaria, clasificación de material, cuartos de mineros, bodegas, administración y cisternas. Gran parte de los edificios están en ruinas y en malas condiciones de ser visitados; igualmente, vagar por Santa Brígida vale la pena. 

Tema aparte y muy importante son los famosos arcos de ventilación y oreo de la mina, llamados Arcos Mágicos del Sol y la Luna. Cuando los jesuitas construyeron las instalaciones de extracción, estos arcos cumplieron la función de ventilar y orear los túneles. Mucha gente sostiene, sin embargo, que estos arcos formaban parte de un observatorio, cuestión muy dudosa y carente de sentido. Mi opinión personal es que los arcos fueron, efectivamente, construidos para ventilar y no para observar fenómenos astronómicos.








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