Jean Paul Getty Sr. (1882-1976) fue alguna vez uno de los hombres más ricos del mundo. Pero también, uno de los más miserables. Su tacañería no conocía límites, si hasta cobraba la comida y el uso del teléfono a sus invitados; se lavaba su propia ropa y la usaba hasta que estaba llena de agujeros; y era absurdamente tacaño a la hora de hacer compras indispensables, peleando siempre por rebajas y descuentos. Getty es tristemente recordado por una desgracia: el secuestro de uno de sus nietos en 1973 (John Paul Getty III) , y de cómo de manera absurda y desalmada se puso a pichulear y regatear el pago del rescate. Todo ello derivó en un escándalo mayúsculo, con consecuencias trágicas para el nieto, que no solo perdió una de sus orejas a manos de sus captores, sino también su salud mental.
Getty tuvo fama de haber sido un gran coleccionista de arte, pero muchos expertos lo desmienten pues muchísimas piezas de colección que hoy día se ven en el Getty Center Museum han sido compras posteriores al fallecimiento de este benefactor. Y hay que decirlo: Getty era también muy miserable peleando precios y comprando arte, y su gusto y conocimiento por la pintura, escultura y muebles no estuvo tan clara.
Un primer paso para poner orden en las ideas que tenía Getty sobre la vida y el legado quedan asentadas en 1953, cuando pone en marcha el Jean Paul Getty Museum Trust. En 1974 se inaugura la Getty Villa, y en 1997 el Getty Center Museum. A 2025, el Trust que controla el Getty Center Museum y el Getty Villa más los centros de estudio e investigación es el más rico del mundo, ya que al momento de fallecer su benefactor (1976) recibieron 661 millones de dólares dentro del fideicomiso de los museos.
Bueno, hasta acá mucha cháchara, pero en realidad quería mostrarles los relojes gruesos que vi en el Getty. Desconozco si fueron comprados por el propio magnate petrolero, o son compras posteriores. Verán relojes de pie, de pared y de mesa. Todos alucinantes y bellísimos.
https://www.getty.edu/visit/center/