Y aparte de comer, comer y seguir comiendo... visitamos amigos, jugamos dominó, dormimos siesta, tomamos fotos de relojes monumentales, bicheamos galerías de arte y museos, nos cortamos el pelo, compramos toneladas de regalos lindos, escuchamos conciertos y simulamos ser oaxaqueños en nuestra amada Oaxaca.
En esta segunda parte de relojes monumentales verán una cosa particularmente extraña: un reloj en una antena de teléfono. Los demás: reloj en Ocotlán y Villa de Etla.
Y como broche de oro: Orquesta Filarmónica del Estado de Oaxaca y de fondo la Catedral y su reloj.
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