Los todistas son una raza en extinción: especialistas en no tener especialidades; estrategas en no tener estrategias; decididos a no tomar decisiones; carentes de vocación y el sentido especulativo de la conveniencia y la oportunidad. Seren, la señora que escribe en este blog, ha desarrollado, durante su amplio y diversificado paso por el todismo, todo tipo de diligencias laborales dignas de una pesadilla de Borges: lavaplatos, mucama, cartonera, canillita, empleada de veterinaria; barman, camarera, ayudante de sastre, vendedora ambulante, albañil, barista. Ella vendría a ser lo que en inglés se llama 'blue collar', o la gente que no tiene título universitario y desempeña tareas no profesionales. Esta mujer, como el resto de los todistas, tiene un sentido y comprensión estético mas bien ecléctico y difuso. No sabe la diferencia entre Barroco y Rococó; siempre supuso que Manet era Monet ( o viceversa ); o confunde el Art Decó con el Art Nouveau. Escribe con faltas de ortografía, se desentiende de la sintaxis, no entiende dónde van las comas; pero por otra lado, gusta de sacar fotos, martirizar relojes, ir a museos, visitar artistas y contar qué ve y cómo lo siente y experimenta. Señoras y señores, no los entretengo mas: Bienvenidos a Seren Vintage Watch Gallery

martes, 5 de mayo de 2020

Murales de Rodolfo Morales en el Palacio Municipal de Ocotlán de Morelos, Oaxaca

El gran maestro Rodolfo Morales ha estado siempre empequeñecido y a la sombra de los otros dos grandes monstruos de la pintura y el Arte mexicano de la última parte del siglo XX: Rufino Tamayo y Francisco Toledo.
Es mas, don Rodolfo recién saltó a la fama, prestigio y reconocimiento de la mano de Rufino Tamayo quién en 1975 visitó su primer exhibición personal en Cuernavaca. Tamayo lo incentivó y lo ayudó a ser reconocido y poder lograr independencia económica y así dedicar todo su tiempo a la pintura y restauración de edificios ( su otra pasión ). Nunca es tarde ¿ vieron ? Morales se hizo famoso y recién pudo vivir de su arte luego de los 50.
En 1954, cuando tenía 29, y siendo maestro de escuela, don Rodolfo pintó la sección principal de un mural monumental en el acceso del Palacio Municipal de Ocotlán de Morelos, su ciudad natal y en la que desarrollaría gran parte de su obra pictórica. El resto del mural lo completaría en 1980.
La visita a Ocotlán es obligatoria mis amigos, si es que andan por allí.
No solo para visitar la Fundación Rodolfo Morales sino también el mercado y el Convento de Santo Domingo, restaurado por el maestro y donde se exhibe parte de su extensa y maravillosa obra.









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