Los todistas son una raza en extinción: especialistas en no tener especialidades; estrategas en no tener estrategias; decididos a no tomar decisiones; carentes de vocación y el sentido especulativo de la conveniencia y la oportunidad. Seren, la señora que escribe en este blog, ha desarrollado, durante su amplio y diversificado paso por el todismo, todo tipo de diligencias laborales dignas de una pesadilla de Borges: lavaplatos, mucama, cartonera, canillita, empleada de veterinaria; barman, camarera, ayudante de sastre, vendedora ambulante, albañil, barista. Ella vendría a ser lo que en inglés se llama 'blue collar', o la gente que no tiene título universitario y desempeña tareas no profesionales. Esta mujer, como el resto de los todistas, tiene un sentido y comprensión estético mas bien ecléctico y difuso. No sabe la diferencia entre Barroco y Rococó; siempre supuso que Manet era Monet ( o viceversa ); o confunde el Art Decó con el Art Nouveau. Escribe con faltas de ortografía, se desentiende de la sintaxis, no entiende dónde van las comas; pero por otra lado, gusta de sacar fotos, martirizar relojes, ir a museos, visitar artistas y contar qué ve y cómo lo siente y experimenta. Señoras y señores, no los entretengo mas: Bienvenidos a Seren Vintage Watch Gallery

viernes, 15 de abril de 2022

Palácio da Pena, Sintra, Portugal

Este Castillo-Museo-Palacio da Pena se encuentra en la parte superior del promontorio serrano de Sintra, y arriba, precisamente, del pueblo del mismo nombre.

El Castillo-Museo-Palacio y su espectacular jardín tiene una historia singular. En ese mismo lugar, pero en siglo XIV, se dice que apareció la Virgen, y por ello se construyó una capilla y luego un Monasterio. Luego del terremoto de 1755, sin embargo, el monasterio estaba  ya en ruinas, y seguiría así hasta que en 1838 el rey consorte de Portugal, Ferdinand II, lo compró.

Ferdinand II era un enamorado del lugar, de la arquitectura en general y el buen gusto. Y deseando tener una residencia veraniega cómoda, bella y cercana a Lisboa, encarga al ingeniero militar alemán Ludwig Von Eschwege la construcción del Palacio, que se llevó a cabo entre 1842 y 1854. El Palacio, en su estilo arquitectónico, es ecléctico: Románico, Gótico, Islámico y Manuelino. Se dice que Ferdinand II y su esposa, la reina María II de Portugal participaron activamente en la decoración, ornamentos y amoblamiento de la residencia. Un dato curioso: el costo de la construcción del Palacio corrió enteramente por cuenta de la fortuna personal de Ferdinand II, no involucrando al reino de Portugal en las expensas y gastos.

Luego del fallecimiento de Ferdinand II, y luego de varios pases de manos, el Palacio terminó como propiedad de Portugal en 1899 y después de la Revolución de 1910 se transformado en Museo. 

Demás está decir que la colección de este Castillo-Museo-Palacio es maravillosa. Y como casi siempre hago, me concentré en su arquitectura, acervo y relojes. 

















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