Los todistas son una raza en extinción: especialistas en no tener especialidades; estrategas en no tener estrategias; decididos a no tomar decisiones; carentes de vocación y el sentido especulativo de la conveniencia y la oportunidad. Seren, la señora que escribe en este blog, ha desarrollado, durante su amplio y diversificado paso por el todismo, todo tipo de diligencias laborales dignas de una pesadilla de Borges: lavaplatos, mucama, cartonera, canillita, empleada de veterinaria; barman, camarera, ayudante de sastre, vendedora ambulante, albañil, barista. Ella vendría a ser lo que en inglés se llama 'blue collar', o la gente que no tiene título universitario y desempeña tareas no profesionales. Esta mujer, como el resto de los todistas, tiene un sentido y comprensión estético mas bien ecléctico y difuso. No sabe la diferencia entre Barroco y Rococó; siempre supuso que Manet era Monet ( o viceversa ); o confunde el Art Decó con el Art Nouveau. Escribe con faltas de ortografía, se desentiende de la sintaxis, no entiende dónde van las comas; pero por otra lado, gusta de sacar fotos, martirizar relojes, ir a museos, visitar artistas y contar qué ve y cómo lo siente y experimenta. Señoras y señores, no los entretengo mas: Bienvenidos a Seren Vintage Watch Gallery

viernes, 5 de abril de 2024

Silver City Museum, Silver City, New Mexico

La fundación del actual pueblo de Silver City se remonta a 1870, cuando un grupo de exploradores en busca de oro y plata llegaron a este paraje para realizar tareas de análisis de suelo y actividad minera. Pronto se abrieron yacimientos, y con ellos, llegaron los problemas. Silver City fue arrasada por bandidos, casas de juego, maleantes y asesinos que solían ir al pueblo a robar o matar por diversión. Muchas leyendas se cuentan sobre esa época de Silver City en el lejano oeste; hasta se dice que Billy the Kid y Butch Cassidy pasaron por allí haciendo de las suyas.

Silver City sobrevivió a muchas penurias y situaciones catastróficas: terribles inundaciones que destruyeron el pueblo, ataques de indios y bandas de forajidos, el cierre de las minas dejando a la población sin trabajo, y la desforestación total de sus alrededores (y sin planes de reforestación).

Pero Silver City sigue allí, en pie, dando batalla. Hoy día es un pueblo muy interesante y digno de ser visitado, lleno de historia, excelentes librerías vintage, tiendas de coleccionables, y lugar apacible para pasar unos días de descanso.

En nuestra última visita fuimos al Silver City Museum, que funciona en lo que alguna vez fue la casa particular de la familia Ailman. En el museo hay tanto exposiciones temporarias como permanentes, y el acervo del museo tiene que ver con su historia minera, antropológica e histórica como tierra natural de los indios Mimbres y otros asentamientos pre hispánicos.  

Dejo enlace para más información:

https://silvercitymuseum.org/199/Museum













 

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