Durante los meses de octubre y noviembre el jefe y quien escribe nos hicimos una escapada a Italia. Más concretamente, paseamos por el sur. Nuestro periplo empezó en Grottaminarda, y luego pasamos unos hermosos días en Giovinazzo.
Giovinazzo es una gema de lugar: poco concurrido, poco conocido, bello como pocos, y muy apacible. Sus callecitas muy estrechas en el casco histórico poseen múltiples pasadizos y recovecos, recuerdo de cuando el pueblo debía lidiar con invasores y defenderse de asaltos y rapiñas. Giovinazzo nació como fortificación romana y luego bizantina. Y hoy día, es un muy apacible pueblo de pescadores.
Durante nuestra estadía vi dos relojes monumentales, los cuales paso a mostrarles: el primero, es el reloj en el edificio municipal; y el segundo, en el patio de una residencia privada.
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