Es difícil decir qué es Nora Lezano: fotógrafa autodidacta confesa sin remordimientos, amiga íntima de estrellas de rock, capturadora de imágenes con robo consentido, constructora de estampas rítmicas y sólidas, paisajista de soledades y multitudes, retratista de músicos y artistas en los más variados estados de ánimo. A mí me parece que Nora está mas allá de los rótulos. La considero una artista indiscutida de la imagen y las luces, una mujer que se entregó completa en la misión de contar en fotos qué fue ( y es ) y qué pasa en el escenario rockero local. Respetada por colegas y extraños, Lezano hizo suya la piel de artista que al sudar plasma lo que ve de una manera cruda, dinámica y visceral.
En la sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta se pueden apreciar 25 años de persecución, arrinconadas, puesta en escena, maquillajes y espionajes. Un viaje sin retorno a la problemática de las almas que vibran al compás del rock.
Sólo para fanáticos. Como yo.
Calificación: 5 SSSSS ( Sobresaliente: 5 serenetrellas )
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