El museo es fabuloso: manómetros, paneles, vistas a depósitos, recreaciones de oficinas, un espacio recreativo artístico para niños y parte de las instalaciones al desnudo. Por supuesto que me engolosiné con muchos relojes, los hay por todos lados. Pero lo mejor, el conjunto en sí. Visita obligada.
Y como los argentinos somos adeptos a la mitología urbana y los aparecidos y ánimas que vagan.... el Palacio de las Aguas está lleno de esos murmullos de seres en busca de un destino.... Puede que en la visita que hagan se topen con el espíritu de Felicitas Alcántara, adolescente bella como pocas y que fue encontrada escondida tras una pared durante una reforma. La joven había desaparecido el 31 de diciembre de 1899.... y reapareció varias décadas después. Se cree que un empleado del edificio la raptó y la mantuvo cautiva hasta abandonarla a que muera de hambre y sed. Dicen que aún tenía puesto el vestido que usaba el día de su desaparición. Para no dormir.....
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