Los todistas son una raza en extinción: especialistas en no tener especialidades; estrategas en no tener estrategias; decididos a no tomar decisiones; carentes de vocación y el sentido especulativo de la conveniencia y la oportunidad. Seren, la señora que escribe en este blog, ha desarrollado, durante su amplio y diversificado paso por el todismo, todo tipo de diligencias laborales dignas de una pesadilla de Borges: lavaplatos, mucama, cartonera, canillita, empleada de veterinaria; barman, camarera, ayudante de sastre, vendedora ambulante, albañil, barista. Ella vendría a ser lo que en inglés se llama 'blue collar', o la gente que no tiene título universitario y desempeña tareas no profesionales. Esta mujer, como el resto de los todistas, tiene un sentido y comprensión estético mas bien ecléctico y difuso. No sabe la diferencia entre Barroco y Rococó; siempre supuso que Manet era Monet ( o viceversa ); o confunde el Art Decó con el Art Nouveau. Escribe con faltas de ortografía, se desentiende de la sintaxis, no entiende dónde van las comas; pero por otra lado, gusta de sacar fotos, martirizar relojes, ir a museos, visitar artistas y contar qué ve y cómo lo siente y experimenta. Señoras y señores, no los entretengo mas: Bienvenidos a Seren Vintage Watch Gallery

miércoles, 17 de junio de 2015

Reloj Iglesia San Agustín - Relojes Monumentales de Buenos Aires, entrega N° 29

Esta espléndida iglesia ya ha cumplido 100 espléndidos y bellos años. 100 años en los que como un faro de ciencias y conocimientos guía a sus feligreses en saberes y mundos, además de la fé.
Las órdenes Agustinas, siempre atentas a la educación, la divulgación científica y pedagógica tienen en esta iglesia con lineas gótico-italianas donada por Mercedes Baudruix Unzué una sede en la que la belleza, la exuberancia, el conocimiento y la introspección hayan lugar sin chocarse y sin conflictos.
La iglesia tiene dos torres de 42 m., reliquias de santos, un órgano alemán Laukhuff de 1200 tubos y 25 registros. Pero además un fabuloso reloj de 4 caras. Reloj magnífico que no dejo de admirar cada vez que paso y lo veo.
Las fotos, eso sí, están con árboles sin podar, ustedes comprenderán al otoño distendido de Buenos Aires.


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