Los todistas son una raza en extinción: especialistas en no tener especialidades; estrategas en no tener estrategias; decididos a no tomar decisiones; carentes de vocación y el sentido especulativo de la conveniencia y la oportunidad. Seren, la señora que escribe en este blog, ha desarrollado, durante su amplio y diversificado paso por el todismo, todo tipo de diligencias laborales dignas de una pesadilla de Borges: lavaplatos, mucama, cartonera, canillita, empleada de veterinaria; barman, camarera, ayudante de sastre, vendedora ambulante, albañil, barista. Ella vendría a ser lo que en inglés se llama 'blue collar', o la gente que no tiene título universitario y desempeña tareas no profesionales. Esta mujer, como el resto de los todistas, tiene un sentido y comprensión estético mas bien ecléctico y difuso. No sabe la diferencia entre Barroco y Rococó; siempre supuso que Manet era Monet ( o viceversa ); o confunde el Art Decó con el Art Nouveau. Escribe con faltas de ortografía, se desentiende de la sintaxis, no entiende dónde van las comas; pero por otra lado, gusta de sacar fotos, martirizar relojes, ir a museos, visitar artistas y contar qué ve y cómo lo siente y experimenta. Señoras y señores, no los entretengo mas: Bienvenidos a Seren Vintage Watch Gallery

lunes, 29 de junio de 2015

Reloj Iglesia de Santa Felicitas - Relojes Monumentales de Buenos Aires, entrega N° 31

¿ Qué saldrá si mezclo en una olla histórica al actual Duque de York, el desenfreno por amores no correspondidos, uno de los relojes monumentales mas importantes y refinados de Argentina, la belleza de una mujer irresistible y los vericuetos de la alta sociedad Argentina ? Pues sale la preciosa iglesia de Santa Felicitas.
Paso a contar: doña Felicitas Guerrero fue una mujer de gran carácter, poco dócil y de una belleza que dejaba a todos ( y todas ) con la boca abierta. Nos ubicamos en la segunda mitad del siglo XIX en el que las mujeres decididas, inteligentes y hermosas eran consideradas como portadoras de una peligrosidad extrema en el buen nombre del decoro de la aristocracia porteña y las buenas costumbres copiadas de Europa. Ella despertaba pasiones, odios, amores ilimitados y desenfrenados estados de indecible lujuria. Semejante química estalló cuando un amante despechado la asesinó a fines de enero de 1872.
Los padres de Felicitas deciden construir esta bellísima iglesia en su honor y encargan el proyecto al arquitecto Eugenio Bunge. El templo ( inaugurado en 1876 ) no tiene - cuando no - un estilo definido. Es medio gótico, medio barroco, medio románico; yo lo metería en el amplio bolsón del Arte Ecléctico que tan popular y lindo sienta en Buenos Aires.
Paso al reloj. Es un mecanismo "John Moore & Sons" de 1873 de una sola cara con cuadrante de vidrio y acero. En 1998 es retirado para ser restaurado en Derby ( Inglaterra ) por la firma Smith & Sons, y se reinaugura con la presencia del Duque de York el 10 de diciembre de 1999.
Y por extraño que parezca.... en 1996 el Arzobispado de Buenos Aires cedió el templo a la Municipalidad Porteña para uso y goce del mismo.




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