El centro cultural Palacio Libertad Domingo Faustino Sarmiento, ubicado en Buenos Aires, Argentina, ha tenido otros destinos, nombres, entuertos e intenciones antes de lo que ofrece a diciembre de 2025, cuando estoy escribiendo esta nota. Primero fue sede de Correo Argentino, el correo oficial de la República Argentina (y su nombre en aquel momento fue Palacio de Correos). Luego fue el Centro Cultural del Bicentenario, y posteriormente a ello, el famoso CCK. Ya en tiempos y vientos frenéticos de gente poderosa no adepta a la tolerancia, la cultura divergente y libertad entendida desde el respeto y la mancomunión creativa, este inmenso edificio volvió a cambiar de nombre, y casi, de propósito. Lo visité en agosto de 2025, y no me llevé una buena impresión. Las propuestas culturales me parecieron vagas, faltas de nivel y de coherencia. Pero más allá de eso, creo que este palacio monumental (considerado uno de los cinco centros culturales más grandes del mundo) es extraordinario por el solo hecho de estar allí como firme testimonio de una Argentina que alguna vez fue mejor.
Pero voy a los hechos. La razón por la cual visité el Palacio fue porque estaba interesada en la exposición permanente de filatelia ubicada en la planta baja, hall central, en el ala izquierda; y también visité la Tienda Filatélica, ubicada en el mismo hall de la planta baja, pero a la derecha.
La exposición permanente de filatelia está armada con el propósito de acercar a nuevas generaciones al coleccionismo de piezas postales y despertar interés en todo aquello concerniente a lo filatélico para los curiosos y nóveles en el coleccionismo de estampillas. Y la Tienda Filatélica cumple con la misión de poner a la venta piezas coleccionables o de interés conmemorativo y de souvenir. Considero que ambos espacios cumplen mínimamente con su propósito, aunque de manera simplona.
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