Los todistas son una raza en extinción: especialistas en no tener especialidades; estrategas en no tener estrategias; decididos a no tomar decisiones; carentes de vocación y el sentido especulativo de la conveniencia y la oportunidad. Seren, la señora que escribe en este blog, ha desarrollado, durante su amplio y diversificado paso por el todismo, todo tipo de diligencias laborales dignas de una pesadilla de Borges: lavaplatos, mucama, cartonera, canillita, empleada de veterinaria; barman, camarera, ayudante de sastre, vendedora ambulante, albañil, barista. Ella vendría a ser lo que en inglés se llama 'blue collar', o la gente que no tiene título universitario y desempeña tareas no profesionales. Esta mujer, como el resto de los todistas, tiene un sentido y comprensión estético mas bien ecléctico y difuso. No sabe la diferencia entre Barroco y Rococó; siempre supuso que Manet era Monet ( o viceversa ); o confunde el Art Decó con el Art Nouveau. Escribe con faltas de ortografía, se desentiende de la sintaxis, no entiende dónde van las comas; pero por otra lado, gusta de sacar fotos, martirizar relojes, ir a museos, visitar artistas y contar qué ve y cómo lo siente y experimenta. Señoras y señores, no los entretengo mas: Bienvenidos a Seren Vintage Watch Gallery

domingo, 3 de julio de 2022

Motores en silencio - ensayo fotográfico y prosa poética.

 Qué extraño es poder tocar motores en silencio

saborearlos como nubes u hojas de otoño
simples, sofisticados, pulidos o gastados
ofrecidos a quienes oteamos en sus entrañas buscando historias

Historias de personas simples que viven para ese motor

Ese auto
impoluto, brilloso, potente, formidable
ese auto
que con sus chapas y hierros y olor a nafta despierta admiración y nostalgia
nostalgia de cuando los autos tenían alma
y el alma corría libre por la carretera

Los cables, las bujías, los cilindros, la caja
los pistones, el carburador, el burro de arranque
todo es protagonista
todo es melancolía
todo el sonrisas cómplices y odas de maravilla

Historias de cuando el viento en la cara fue sinónimo de belleza

Quedan estos sesgos, estos bosquejos y la valentía
de ser dignos en este mundo de trivialidades donde la imagen es la tirana
la soberana y bastarda anuladora de sueños
y donde el instante ya es pasado aún cuando no es pasado
quedan, eso sí, estos motores en silencio.



































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