Los todistas son una raza en extinción: especialistas en no tener especialidades; estrategas en no tener estrategias; decididos a no tomar decisiones; carentes de vocación y el sentido especulativo de la conveniencia y la oportunidad. Seren, la señora que escribe en este blog, ha desarrollado, durante su amplio y diversificado paso por el todismo, todo tipo de diligencias laborales dignas de una pesadilla de Borges: lavaplatos, mucama, cartonera, canillita, empleada de veterinaria; barman, camarera, ayudante de sastre, vendedora ambulante, albañil, barista. Ella vendría a ser lo que en inglés se llama 'blue collar', o la gente que no tiene título universitario y desempeña tareas no profesionales. Esta mujer, como el resto de los todistas, tiene un sentido y comprensión estético mas bien ecléctico y difuso. No sabe la diferencia entre Barroco y Rococó; siempre supuso que Manet era Monet ( o viceversa ); o confunde el Art Decó con el Art Nouveau. Escribe con faltas de ortografía, se desentiende de la sintaxis, no entiende dónde van las comas; pero por otra lado, gusta de sacar fotos, martirizar relojes, ir a museos, visitar artistas y contar qué ve y cómo lo siente y experimenta. Señoras y señores, no los entretengo mas: Bienvenidos a Seren Vintage Watch Gallery

lunes, 4 de julio de 2022

Secuencia fotográfica Puente Alsina, CABA

 Cuenta la historia porteña que este puente se construyó varias veces: el primero en 1855 - se lo llevó la crecida -, el segundo en 1856 y de la mano del ingeniero Carlos Pellegrini, puente al que también se lo llevó la crecida. La tercer intentona tuvo mas suerte pero lo tiñó la sangre de las ideas y los destinos que dividían - y siguen dividiendo - a La Argentina en aquellos duros años de finales de siglo XIX. Recién en 1910 se puso un puente de hierro que pudiese aguantar el creciente tráfico entre las dos orillas, tráfico que necesitó otro puente mas moderno y práctico, inaugurado en 1938.



















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