Los todistas son una raza en extinción: especialistas en no tener especialidades; estrategas en no tener estrategias; decididos a no tomar decisiones; carentes de vocación y el sentido especulativo de la conveniencia y la oportunidad. Seren, la señora que escribe en este blog, ha desarrollado, durante su amplio y diversificado paso por el todismo, todo tipo de diligencias laborales dignas de una pesadilla de Borges: lavaplatos, mucama, cartonera, canillita, empleada de veterinaria; barman, camarera, ayudante de sastre, vendedora ambulante, albañil, barista. Ella vendría a ser lo que en inglés se llama 'blue collar', o la gente que no tiene título universitario y desempeña tareas no profesionales. Esta mujer, como el resto de los todistas, tiene un sentido y comprensión estético mas bien ecléctico y difuso. No sabe la diferencia entre Barroco y Rococó; siempre supuso que Manet era Monet ( o viceversa ); o confunde el Art Decó con el Art Nouveau. Escribe con faltas de ortografía, se desentiende de la sintaxis, no entiende dónde van las comas; pero por otra lado, gusta de sacar fotos, martirizar relojes, ir a museos, visitar artistas y contar qué ve y cómo lo siente y experimenta. Señoras y señores, no los entretengo mas: Bienvenidos a Seren Vintage Watch Gallery

lunes, 4 de julio de 2022

Muralismo mexicano: la inmensidad, la belleza, la protesta, la cultura, el enojo y la pasión.

 El muralismo mexicano es único, irrepetido y unánimemente valorado y de una descomunal belleza. Tiene una yuxtaposición de órdenes simbólicos, una amalgama continua y popular que junta en un guiso de imágenes lo aborigen, la perversa irrealidad y vaticinio claudicante de los Dioses, la magnificencia de la pureza, el horror, los suplicios; una exacerbado nacionalismo que traspira, suda, empapa y baja desde las paredes y te moja con una ola de emociones e incoherentes pensamientos. Ves las alegorías, las fábulas, las apariciones, las guerras, las matanzas, el reencuadre y la superación de un pueblo ( o los pueblos fundidos en uno ) que ha luchado desde siempre por imponer su carisma, su color, sabor y música.

Miras un mural, de los miles que hay sólo en el DF, y lloras, te sientes aturdido y desembocas en la tempestad gloriosa de México y su gente: tierna, sugerente, solidaria y localista a ultranza.

En las imágenes que siguen - tomadas en el Palacio de Gobierno, El Palacio de Bellas Artes, El Castillo de Chapultepec y La Casa de Los Azulejos - se pueden apreciar ( muy mala y mediocremente ) la inmensidad y talento extremo de Siqueiros, Gonzalez Camarena, Diego Rivera y José Clemente Orozco. 






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